La gran disyuntiva que se plantean muchos alumnos cuando empiezan a estudiar un idioma es: "¿Aprovecho los recursos gratuitos que hay por la red o me pago a un profesor que me enseñe?". Aquí comparto algunas claves que he podido entresacar a lo largo de los años y que me han ayudado a tener una visión más clara sobre qué recomendar a cada persona.
Esta pregunta no es exclusiva del aprendizaje de idiomas, sino habitual en muchos campos en esta era de la información, con la cantidad de recursos que hay al alcance de todos (muchos de ellos aparentemente de forma gratuita en la red).
Recursos "basura"
Es innegable que hay muchos recursos de reconocida calidad sin costo (al menos pecunario), sirvan como ejemplo las iniciativas educativas del gigante Google para avalar esta idea. Pero por contra, no en pocas ocasiones me han llegado alumnos "perdidísimos" que llevaban tiempo dando bandazos en el inconmensurable mar de Internet.
Gran parte del contenido que encontramos es inexacto y se presenta de maneras dispares. En el mejor de los casos, encontraremos pinceladas acertadas sobre el idioma, pero desordenadas y con dificultad para digerirlas.
El resultado es que, sin una guía clara, puedes perder mucho tiempo y, por extensión, dinero (dicen que el tiempo es oro, ¿no?) y oportunidades. A algunos se les habrían abierto muchas puertas (laborales, culturales,...) si hubieran desarrollado unas buenas bases en el idioma al principio.
En definitiva, hablamos de una inversión, no sólo de dinero, sino también de tiempo y energías. Es posible que no estemos gastando dinero, pero sí se nos vayan largas horas y mermemos nuestra capacidad de obtener mayores logros si sólo utilizamos recursos gratuitos.
Tienes un ejemplo en este blog. La ayuda que puedo ofrecer como profesor a los alumnos que pagan por mis servicios es muy superior a la que puedo ofrecer en el blog o el canal de Youtube en cuanto a tiempo, calidad e individualización.
¿Eres autodidacta?
A veces he encontrado alumnos que decían que eran "autodidactas". Eso es estupendo, especialmente en lo que a habilidades manuales se refiere, y hay algunos "genios" que han conseguido progresar por sí mismos con escasa ayuda.
Sin embargo, no hay que desdeñar la dificultad que entraña el idioma chino. Conocer el significado de una palabra o expresión es sencillo, simplemente tienes que tener un buen diccionario a mano. Pero es muy difícil llegar a comprender ciertas estructuras y usos del idioma sin un profesor capacitado que te los explique.
Por otro lado, está el asunto de la pronunciación, esencial para hacerse entender con personas nativas. Todavía recuerdo la primera vez que fui a China pensando que tenía un buen dominio del idioma y darme de bruces con la cruda realidad: tenía vocabulario, pero mi pronunciación era pésima, y eso hizo la comunicación casi imposible. Desde entonces quedó claro en mi mente que tener una buena base de pronunciación desde los comienzos del estudio del idioma es básico para poder comunicarse.
¿Más precio = más calidad?
Como pasa con el mundo de los dispositivos móviles, la lista de características y precios es interminable. Como en todo trabajo, existe mucho intrusismo y no te será difícil encontrar a nativos con poca preparación en metodologías didácticas (ser nativos no significa automáticamente que sean capaces de enseñar bien su propio idioma) o profesores noveles con conocimiento escaso y superficial sobre el idioma. Recuerda que no solamente el dinero es un recurso, también el tiempo. De poco sirven clases muy baratas donde pierdes mucho el tiempo o aprendes de una manera poco didáctica.
Por otro lado, tienes a profesionales que entienden las dificultades intrínsecas al chino para los estudiantes extranjeros, conocen los pormenores de este singular idioma y han desarrollado a lo largo de los años metodologías didácticas de eficacia probada.
La gran disyuntiva es: ¿Cuánto me gasto? No siempre un mayor precio significa mejor calidad. Mi recomendación es que, si buscas un profesor cualificado, pruebes a diferentes y te quedes con la opción que mejor satisfaga tus necesidades y te dé una mejor relación calidad-precio. La mayoría de profesores dan la primera clase gratis, así que puedes probar sin costo.
Conclusión
Con relación a utilizar recursos gratuitos o dar clases de pago, hay que valorar bien todo. Si lo que quieres simplemente es acercarte al idioma o eres autodidacta, hay mucho material gratuito pululando por la red. Si necesitas que alguien te guíe (que en un idioma como el chino es bastante necesario para no perder el tiempo ni aprender mal las cosas fundamentales), hay de todo.
Tienes a profesores que no tienen mucha idea y tienes a profesionales que llevan muchos años estudiando el idioma y te pueden ayudar a aprovechar el tiempo al máximo.
Al menos esta ha sido mi experiencia después de 17 años aprendiendo y enseñando chino mandarín y hoy la comparto contigo. Espero que te sea de ayuda.
Artículo publicado por Isaac Jaramago en el blog tusclasesparticulares.com